El 9 de agosto de 1855, Santa Anna renunció a la presidencia y
se embarcó en el puerto de Veracruz rumbo a Cuba. Juan N. Álvarez, quien había
encabezado la revolución, se convirtió en presidente provisional. El 27 de
agosto, Benito Juárez regresó de su exilio en el extranjero y fue nombrado
gobernador de Oaxaca. Celestino Macedonio, quien era el Secretario de Gobierno
Estatal, nombró a Díaz como jefe político del Distrito de Ixtlán. En este
pueblo, y a pesar de la oposición del jefe militar estatal, Díaz organiza la
primera guardia en la historia de Ixtlán, con la que participó, a finales de
1856, en el primer sitio de Oaxaca, donde recibió una herida de bala, razón por
la que el doctor Esteban Calderón le practicó una operación. En premio a sus
servicios por la causa liberal, el presidente Ignacio Comonfort confirió a Díaz
el mando militar del Istmo de Tehuantepec, situado entre los pueblos de
Tehuantepec y Juchitán. Ante una inminente rebelión conservadora, Díaz tomó Jamiltepec,
en el distrito de Ixcapa, donde logró detener el avance conservador. En
Tehuantepec conoció al dominico de tendencias liberales Mauricio López, al
administrador de correos Juan Calvo, al juez y comerciante Juan A. Avendaño, y
al viajero francés Charles Etienne Brasseur. También logró tener contacto con
la cultura zapoteca y la cultura mixteca, puesto que de ésta última tenía
sangre por porta materna. Conoció a la zapoteca Juana Catalina Romero, con
quien tuvo una relación amorosa y quien años más tarde, durante el Porfiriato,
impulsó el desarrollo del Istmo. En 1860, salió por primera vez de Oaxaca. Es
entonces cuando Brasseur lo describe como "Alto, bien hecho, de una
notable distinción, su rostro de gran nobleza, agradablemente bronceado, me
parecía revelar los rasgos más perfectos de la antigua aristocracia
mexicana..., sería de desear que todas las provincias de México fueran
administradas por gente de su carácter. Porfirio Díaz es, sin dudarlo un momento,
el hombre de Oaxaca" Al estallar la Guerra de Reforma, Díaz peleó en
varias batallas, como en la acción militar de Calpulalpan, bajo las órdenes de
José María Díaz Ordaz e Ignacio Mejía. En tres años le fueron conferidos los
cargos de mayor, coronel y teniente general. Tras el triunfo liberal, acaecido
el 11 de enero de 1861, Díaz fue postulado a diputado federal, logrando obtener
una curul por Oaxaca en el Congreso de la Unión. Sin embargo, al ser ejecutados
Melchor Ocampo, Leandro Valle y Santos Degollado, por las fuerzas conservadoras
en el transcurso del año, Díaz solicitó permiso para ausentarse e ir a pelear.
El permiso le fue concedido y en su lugar quedó su suplente, Justo Benítez.
Juárez hizo público su reconocimiento a Díaz en una carta a Guillermo Prieto,
donde afirmaba "Es un buen chico nuestro Porfirio. Nunca fecha sus cartas
hasta que no toma una capital".[24] En su discurso final del 15 de julio,
día en que entró a la capital, Juárez reconoció públicamente a Díaz, quien fue
premiado con una división y una hacienda en Oaxaca, conocida como Hacienda de
La Noria, donde años más tarde sería proclamado el Plan de La Noria. Su hermano
Felipe fue electo gobernador de Oaxaca, por votación popular, cargo en el que
estaría hasta 1871. Tras ello, Díaz se retiró a Oaxaca a vivir
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